Dicha marca tiene que limitar el ámbito de actuación de su actividad principal al mercado nacional por no se sabe que legislación o costumbres retrogradas.
Tampoco puede comercializar la difusión de su imagen a través d una compañía internacional por absurdas legislaciones y obligaciones gremiales.
Para colmo su actividad principal está regulada por organismos que se reconocen publicamente parciales y donde la corrupción campa a sus anchas.
Esa es la situación actual del Real Madrid, con tantas posibilidades pero con innumerables barreras injustificables en los tiempos que corren. Se nos llena la boca hablando de libre mercado, de mercado común europeo, pero a la hora de la verdad el Real Madrid está a expensas de RFEF y UEFA, por no hablar de la ausencia de posibilidades en la explotación de los derechos televisivos, muy presentes estos días con la cacicada de Roures. Vendamos nuestros derechos televisivos al mejor postor nacional o internacional y busquemos los horarios de mayor, al final incluso los rivales verán los beneficios de dejarse llevar por nuestra corriente.
El Madrid tiene que romper ya con instituciones perjudiciales para su actividad principal y su economía. Tampoco deberíamos aguantar la desvergonzada actitud de RFEF y UEFA abiertamente parciales y que viven a nuestras costillas. No los necesitamos y existen otros ámbitos muy atractivos para nosotros y que sin duda se alegrarían de vernos. Si tal bombazo sucediera finalmente la UEFA se la tendría que envainar pues una superliga sería inevitable.
Todo esto es el cuento de la lechera pero la idea muestra una posibilidad a seguir si no queremos vivir en un corral, desperdiciando nuestro potencial y a expensas del cacique del pueblo.
El Madrid tiene que romper ya con instituciones perjudiciales para su actividad principal y su economía. Tampoco deberíamos aguantar la desvergonzada actitud de RFEF y UEFA abiertamente parciales y que viven a nuestras costillas. No los necesitamos y existen otros ámbitos muy atractivos para nosotros y que sin duda se alegrarían de vernos. Si tal bombazo sucediera finalmente la UEFA se la tendría que envainar pues una superliga sería inevitable.
Todo esto es el cuento de la lechera pero la idea muestra una posibilidad a seguir si no queremos vivir en un corral, desperdiciando nuestro potencial y a expensas del cacique del pueblo.