No me dejan tranquilo los últimos encuentros de nuestro Real Madrid, si bien se han sacado los partidos y los puntos adelante la sensación que me transmite el equipo es de desconcierto, se ha ganado sí, pero de nuevo con goles a la contra y recibiendo muchas ocasiones claras de los rivales cuando no goles. Por el camino los medios que tanto enterraban al Madrid lo han resucitado, empezando por Kaká, pero quitando la propaganda de la semana. ¿Está el Madrid más cerca o más lejos de ser un equipo?
Creo sinceramente que estamos más lejos por una razón, el 4-2-3-1 de Mourinho del año pasado parecía claro, funcional e innegociable, la base de trabajo para este año, dos pivotes en el medio campo, Di Maria y Cristiano en las alas, Ozil de enganche y un solo punta, el sistema estaba claro y lo único que se discutía eran los peones, Kedhira o Lass, Benzema o Higuaín, Coentrao o Marcelo... ese era el debate y no otro.
Pero la derrota momentanea ante el Rayo que derivó en el cambio precipitado de Lass y la entrada de Ozil, junto con la presencia de Kaká el otro día por Di María nos hace preguntarnos. ¿Está el 4-2-3-1 de Mourinho en proceso de abandono? ¿Si es así cual es el sustituto?
El hombre que entraría en ambas variantes sería el resucitado Kaká, sueño humedo de Florentino al ver amortizado el fichaje del santo brasileño, un 4-3-3 con Alonso como único pivote con Ozil y Kaká por delante, Di Maria y Cristiano en las alas o, por otro lado, mantener a Kedhira al lado del tolosarra dejando caer a Kaká o a Ozil a la banda de Di María quedando éste en el banquillo. Por otro lado pueden ir alternandose todos los esquemas de juego en función del rival.
El debate está abierto y para mi sorpresa después de un año de trabajo podemos ver a Mou cambiar el sistema, algo que pienso que no entraba en sus planes. El partido de este Domingo contra el Español es clave para ver la evolución del esquema del equipo, la elección de Mourinho siempre que salga bien en un campo tan dificil puede marcar toda la temporada, estamos a tiempo de pegar un golpe de timón, controlado, pero que sea para llegar a tierra a ser posible.