Todavía no

Al final ocurrió lo que tenía que ocurrir, el Barça volvió a pinchar porque no está bien, o al menos tan bien como en el pasado reciente, era cuestión de tiempo y ante un Villareal pésimo no pasó del 0-0. ¿La liga está ganada? En realidad no, en el Madrid, pasado el golpe crítico de la ida de copa del Rey sigue sin haber ciertas certezas, y es que después del último partido la duda es. ¿Y cómo jugamos ahora?

Dos temporadas optando por el doble pivote contragolpeador, el trivote... para salir ahora de jugones con Granero y Kaká a los mandos, dos jugadores nunca amortizados y en la plataforma de salida este mismo invierno. Es desconcertante, hubo un conato de hacer algo parecido meses atrás juntando a Kaká y Ozil pero las continuas lesiones del brasileño y las apariciones/desapariciones del duende alemán lo impidieron.

Tanto cambio genera desconfianza, tanto si se sigue este camino, como si se vuelve al anterior, aunque al final el 80% de los partidos se pueden ganar con jugadas individuales de los Cristianos, Benzema, Ozil. 

Otro problema es el de la defensa, continuos regalos atrás están obligando a remontar partidos constantemente, todos los partidos no se va a poder meter dos goles y lo que ahora sale contra Granada o Zaragoza en casa puede no salir ante un Osasuna fuera de casa. Es un detalle preocupante aún más pensando en la Copa de Europa.

Lo último que nos inquieta es el ruido mediático alrededor del entrenador, el liderato da una cierta tranquilidad, pero cualquier pinchazo, vuelta al doble pivote, rumor de salida del Madrid... nos garantiza un entorno inquieto.

Es por todo ello que aún no levanto los brazos celebrando la Liga por adelantado, el equipo aún tiene que decidir como jugar y con que jugadores, si volver al pasado que conoce y que ha dado buenos resultados en cuanto a puntaje, o seguir con un camino incierto aunque celebrado por afición y jugadores, tiene que encadenar cuatro o cinco partidos seguidos sin encajar gol y por último, lo que rodea al Madrid debe decidir si empieza a hacer las portadas celebrando el buen juego, el probable éxito blanco y las victorias, o continúa vendiendo la desestabilización y el barullo. En los próximos partidos se despejarán nuestras dudas.