La cochiquera

Pobrecitos, que no les dejamos montar el espectáculo borroka en el Bernabéu y van a recibirnos como merecemos, sin hacer pasillo al campeón si es menester y supongo que también con lo habitual, lanzando objetos al campo, escupiendo, gritando españoles hijos de puta y, quien sabe, hasta poniendo al once de gala aunque no se estén jugando nada y tengan dos finales en el horizonte. Todo sea por dejar que se desfoguen.

Es hora de bajar el telón a una temporada larga, dificil y sufrida, hasta con el Sevilla de Michel lo pasamos mal, tiempo tendremos para los análisis, el equipo necesita descanso y un par de semanas de relax vendrían muy bien para planificar la temporada que viene sin nada que distraiga a las cabezas pensantes, y para ver a Sahin digo yo, sigamos confiantes en él.

Higuaín y Kaká fuera, Ibrahimovic dentro, un portero... bueno, eso deben ser las entradas de los próximos días, hoy solo es el día de ganar una liga que había que ganar por lo civil o por lo criminal, y se ha (casi) ganado, con las carencias que todos sabemos, con problemas enquistados y sin resolver, con un futuro en cuanto a altas y bajas que no suena todo lo alentador que quisieramos, pero se ha ganado, se ha derribado al monstruo enorme que teniamos enfrente y no es poco botín, más si tenemos en cuenta que la estabilidad y la continuidad del proyecto quedan asegurados mientras se cambia de capitán en la armada enemiga.

Hoy cerremos el curso, todos a Cibeles y respiremos, porque por fin volvemos a un éxito que cada vez se escondía más en nuestro pasado, pero solo estamos en el campamento base, las grandes cotas siguen fuera de nuestro alcance pero no hay de que preocuparse, a diferencia de nuestro pasado más reciente el campamento base ahora sí está a una altura adecuada y a su vez estamos bien pertrechados de víveres y equipo, por si fuera poco hasta hemos matado al temible yeti. La diferencia es sustancial, hoy debe terminar la reconstrucción del Real Madrid, mañana debe empezar su desarrollo y expansión.