Gritos en silencio

 

Sabía que había hecho un buen trabajo, después de todo se ganaba la vida así, pero no esperaba que las consecuencias fueran tan terribles y tan prolongadas en el tiempo.

-Desde que saliste de esa habitación no calla, le hemos sacado todo lo que queriamos pero ahora se nos ha vuelto en contra, nada consigue silenciarlo, ni los golpes, ni las mordazas, se las come o las corroe con su bilis, nada funciona con él.

-Está bien, dejadme a solas con él.

Nuestro profesional volvía a estar en aquella sala, una mesa, dos sillas, su preso atado mientras la luz del flexo apuntaba a aquella cara, lo único iluminado en medio de la oscuridad.

-Rajoyrato, Rajoyrato.

Nuestro hombre sonrió para sí, encaminando sus pasos hacia la luz.

-Este año no toca, españa no nos deja, no nos dejan ganar cuatro años seguidos, Messi a descansar como Pepe.

Miraba los ojos desquiciados de aquel individuo, el cual deliraba en su locura.

-¿Cómo estás gusano?

-El bernabéu, sólo pedimos el bernabéu para dignificar a su majestad, señorío, el señorío.

-La final de Copa no se juega aqui, basura inmunda, es suficiente con que insulteis al Rey y a España en Madrid, pero si hay algo sagrado en España, eso es el Bernabéu.

El preso seguía su delirio, ojos abandonados a su locura.

-Tiene que ganar el fútbol, tiene que ganar el fútbol, los arbitros, todo es culpa de los arbitros.

Un tortazo.

-¿No que no hablabais de los arbitros? ¿Donde está lo de a veces perjudican y otras benefician? ¿Donde está que siempre gana el mejor? ¿Donde? ¿Eh? Donde está esa mierda hipócritca? ¡Meacolonias!

-No nos dejan, no nos dejan, el fútbol pierde, el fútbol llora.

-Pero como podeis quejaros de los arbitros la jornada en la que no os pitan un penalty en contra por manos en el último minuto. COMO PODEIS. Cuando os han pitado a favor dos fueras de juego que dejaban solos a los indios con empate. ¿Donde está el Seny, el ADN Barça, cambiar la mentalidad? ¿DONDE?

-Mano negra arbitral, no pintamos nada desde nuestra esquinita.

Nuestro profesional puso su cara a un milímetro de aquel gusano y escupió sus palabras, claras y definitivas.

-Stamford Bridge, Stark, Unicef, Bleeckere... ¿Te dicen algo?

-Lucharemos pero no ganaremos, no ganaremos.

-¿Pero qué mas quereis que os demos? ¿Quereis sacar de sus casillas al mismisimo Villar?

-Lucharemos pero no ganaremos, no ganaremos.

Nuestro profesional se alejó de aquel rostro, que diferente lo encontró la última vez, callado como un muerto, ahora era todo lo contrario, un demente de verborrea inacabable.

-¿Sabes una cosa querido meacolonias? Yo también lo admito.

-El fútbol, debe ganar el fútbol, los niños, nadie piensa en los niños...

-Admito que habeis sido el mejor equipo del mundo, que digo del mundo, de la historia del fútbol mundial. Habeis hecho historia, triplete, sextetes, HISTORIA AMIGO, HISTORIA.

Nuestro hombre quedó en silencio por primera vez en semanas.

Una leve sonrisa, escondida apareció en los labios de nuestro profesional. ¿Lo había conseguido? ¿Había conseguido silenciar a su preso justo al final? ¿Cuando creía que no podía hacer más?

Aquella leve sonrisa apenas apareció un segundo en su rictus, pero fue suficiente para hacer hablar de nuevo al meacolonias.

-MOURINHATO, MOURINHATO....

Nuestro hombre volvió a sonreir, su trabajo había acabado allí, no tenía nada que hacer. Dejo a su "paciente" absorto en aquellos pensamientos que escupía como una ametralladora.

Abrió la puerta de aquella oscura y húmeda sala, a diferencia de hacía unos minutos no sólo estaba allí el portero, el mismisimo padrino había bajado hasta allí, en su rostro imperturbable y en sus tranquilas palabras se podía adivinar, para el observador experimentado, el ansia por conocer el resultado de su trabajo.

-¿Y bien? ¿Ha dado resultado su "terapia"?

-No -respondió el profesional. Por un momento estuvo a punto de callar pero no ha podido contenerse.

El portero apretó el puño, en un claro gesto de victoria, el padrino por el contrario no movió un sólo músculo.

-¿Y su diagnóstico es?

Nuestro profesional tragó saliva, le costaba decir esto, lo llevaba esperando años y años, quizás se precipitaba, es verdad que mostraba todos los sintomas aunque no era descartable una recuperación de última hora, pero.. pero... al final rechazó mostrarse mínimamente precavido, todo parecía apuntar en la misma dirección.

-Fin de ciclo.

Don Tito por fin sonrió.