Por fín.

Hola, ¡muy buenas! Antes de escribir nada, quiero agradecer y felicitar al autor del blog por darme la oportunidad de escribir en un blog que llevo bastante tiempo siguiendo desde la oscuridad, sin comentar ni nada, pero leyendo y aprendiendo cada día cosas nuevas. Así que espero poder estar a la altura de los comentarios aquí vertidos.

Tenía un boceto de entrada para hablar del Atleti, ese equipo tan "simpático"; sin embargo, y debido al notición que recibimos el lunes los seguidores del Real Madrid (que no del Raúl Madrid) me ha sido imposible escribir sobre algo que no sea el Gran Capitán (y no me refiero al queso).

Así pues, el título de ésta entrada se refiere a las ganas que teníamos la mayoría de madridistas de quitarnos al lastre de encima. Con la de opiniones, datos y números que se han expuesto aquí sobre el tema, es tremendamente difícil que yo pueda aportar algo nuevo, así que optaré por narrar lo que me pareció la despedida del 7.

Cuando el lunes sobre las 13.00h me senté en el sofá no daba crédito a lo que estaba viendo. Sí, era cierto, Raúl se despedía del Real Madrid... ¿y yo que pensé que agotaría su último año de contrato y nos robaría mas dinero?. Nada de eso, el bulto compareció ante los medios para despedirse, aunque mas que despedirse parecía que estaba sacando pecho una y otra vez.

Me dió la sensación que quería dejar claro que se iba porque él quería (faltaría menos, don Raúl), incluso afirmó que si se quedaba iba a jugar... y mucho. También restregó algunos de sus goles y nos quiso hacer ver lo que es para él el club, y lo bien que trata a la gente que le ha apoyado y a sus fans, y bla bla bla.

Raúl, al igual que como buen futbolista, tampoco ha destacado nunca como un gran orador, ya que con el micrófono delante se desenvuelve peor que en velocidad punta, que ya es decir. Sin embargo, y contra todo pronóstico, su rueda de prensa me dejo mucha "miga" y frases que su subconsciente delata lo mal compañero que es.

De todo su discurso, lo que mas me llamó la atención fué cuando narraba su último gol, con los toques de épica que iba metiendo. Primero nos dijo que ese día en Zaragoza estaba deseando disputar minutos, ya que llevaba 3 meses sin jugar (mentira fácilmente comprobable), y que (ojito a la frase) tuvo la suerte de que un compañero se lesionara (sic). No contento con dejar semejante perla continuó diciendo que él sabía que estaba lesionado, pero que iba a probar, y así pues en el descanso le dijo al fisio que le vendara bien que el seguiría sí o sí.

Olé, olé y olé, eso es un profesional, tu equipo jugándose la vida en la liga y tú a sabiendas que eres el peor de la plantilla y a sabiendas de que estás cojo, prefieres seguir ocupando un puesto antes que cedérselo a otro compañero, sí señor raúlito. Luego viene lo del rollito de que empujó el balón a puerta vacía lesionado.

Os aseguro que hubiese pagado mucho dinero por haber podido estar en la sala de prensa y haberle hecho una serie de preguntas, por ejemplo si consideraba justa su ficha, o un sin fín de curiosidades que tengo sobre él.

El caso es que, aunque alentadora, es una buena noticia a medias, ya que se encargó de dejar claro que volverá, y mucho me temo que será mas temprano que tarde. Hará el ridículo en Alemania, la prensa alemana no le chupará el culo; y volverá a España dónde sus súbditos le recibirán con los brazos abiertos y lágrimas en los ojos. No hay mas que ver la calaña y la vergüenza de periolistos que se reunieron para despedirle el otro día, o ver las lágrimas de Roncerdo.

Lo que si que me gustó, y mucho, de todo éste asunto es como deja el club, por la puerta de atrás. Sin levantar un título, sin que el Bernabéu esté lleno y aplauda, sin verle de corto; tan sólo se tuvo que conformar con que unos 300 mataos fueran a comer pipas y a tomar el sol mientras le aplaudían. Cifra paupérrima y dantesca comparada con las mas de 80.000 que juntó Cristiano, o Kaká o Benzema... incluso me atrevo a decir que fué mas gente a recibir a Pedro León que a despedir al gran ídolo de masas blancas. Ver que los planos de las cámaras eran siempre súper cercanos, y aún así se veían calvas en los asientos, no es sino una muestra inequívoca del fracaso de la despedida.

Así pues, y una vez descorchada la botella de cava, deseo que la puerta que cerró tarde en abrirla, y deseo que el Real Madrid vuelva a ser capitaneado como es debido, y vuelva a ocupar el lugar que merece.

Hala Madrid.